Personas. Siempre personas. Impresionan los retratos de los soldados en el cementerio de las playas de Normandía. En la exposición provisional del 11-S junto al solar del World Trade Center en Nueva York cientos de fotos te miran. Todas a la vez. Son las de quienes caían a medida que lo hacían las torres. Sentarse ante ellas y soportar el dolor que allí hay no es fácil. Algunos incluso utilizan las cajas con pañuelos que se reparten por la estancia. Y se secan las lágrimas. Es, simplemente, el contacto con la gente.
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Personas. Siempre personas. Impresionan los retratos de los soldados en el cementerio de las playas de Normandía. En la exposición provisional del 11-S junto al solar del World Trade Center en Nueva York cientos de fotos te miran. Todas a la vez. Son las de quienes caían a medida que lo hacían las torres. Sentarse ante ellas y soportar el dolor que allí hay no es fácil. Algunos incluso utilizan las cajas con pañuelos que se reparten por la estancia. Y se secan las lágrimas. Es, simplemente, el contacto con la gente.
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