Un negocio fantástico las droguerías. Qué viva la droga. Droga para no pensar. Para estar más allá. Para no estar. Para creerse de vuelta de todo. Y perderse todo al mismo tiempo. Drogas para rendirse a los cantos de sirena en lugar de como Ulises atarse al mástil del barco y llegar a Ítaca. Que buenas las drogas. La policía enseña kilos y kilos amontonados y nunca han faltado. Ni un solo fin de semana. Eso es. Que no nos falte la droga.
Aquí vivió mi padre de chaval. Se mudaron desde la otra punta de Pamplona. Jarauta. "¿podrán ir desde aquí a la escuela?" se preguntaba mi abuela. 1914
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Un negocio fantástico las droguerías. Qué viva la droga. Droga para no pensar. Para estar más allá. Para no estar. Para creerse de vuelta de todo. Y perderse todo al mismo tiempo. Drogas para rendirse a los cantos de sirena en lugar de como Ulises atarse al mástil del barco y llegar a Ítaca. Que buenas las drogas. La policía enseña kilos y kilos amontonados y nunca han faltado. Ni un solo fin de semana. Eso es. Que no nos falte la droga.
Aquí vivió mi padre de chaval. Se mudaron desde la otra punta de Pamplona. Jarauta. "¿podrán ir desde aquí a la escuela?" se preguntaba mi abuela. 1914
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